
¿Una película japonesa, del año 39, en blanco y negro, de casi dos horas y media de duración, ambientada en el mundo del teatro en 1885, y en clave de melodrama? ¿Y por qué no te das con un martillo en la cabeza y acabas antes? ¡Ay, hombres de poca fe…! Les ahorro lo de “obra maestra absoluta” y demás, porque esta romántica historia sobre el aprendizaje de un actor y el sacrificio de su pareja es, ante todo, una obra absolutamente conmovedora (sin un solo primer plano), impecablemente estructurada, magistralmente rodada (¡qué travellings en contrapicado, qué planos-secuencia!), y con un final de los de pañuelo en ristre. Imprescindible para cualquier aspirante a director o actor. Qué grande fue Mizoguchi...
Daniel Andreas: FILMAFFINITY
http://www.filmaffinity.com/es/film937169.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario