
Nos encontramos ante una rareza, que podríamos clasificar como tragicomedia costumbrista. Partiendo de una original premisa, se nos muestra con una magníficamente fotografiada estética feista, las grandezas y miserias (más bien las ultimas), del ser humano (sección desamparados por la fortuna y buscavidas varios), que ciertamente resulta francamente entretenida y que mantiene el interés durante todo el metraje, teniendo entre una de sus mayores virtudes los acertados retratos de los personajes, el resignado conformismo, (prácticamente, todo un tratado de filosofía suburbial y por ende universal), con la que enfrentan las desventuras y un cuadro actoral que hacen creíbles a este amplio muestrario de la comedia humana, reunidos para la ocasión, con los que no resulta en absoluto difícil empatizar. - mas info>