
Gertrud, una mujer madura, se enfrenta a la separación de su marido,
un eminente politico, ya que está enamorada de un joven músico que
empieza a cosechar sus primeros éxitos, y para el cual ella solo
significa una aventura pasajera. Además, u antiguo novio de Gertrud
reaparece en su vida, queriendo él que reanuden su relación. Basada en
la obra de teatro homónima de Hjalmar Söderberg, Gertrud narra la
historia de una mujer a la búsqueda de la plenitud del amor. Casada con
Gustav, un aspirante a ministro inevitablemente gris, busca refugio en
los brazos de Erland Janssen, una joven promesa del piano. Ambos hombres
encarnan una dicotomía fácilmente identificable: Gustav es un hombre
prosaico y monótono; la viva imagen del meritócrata. Su relación con
Gertrud puede definirse en este breve intercambio. Ella le dice, al
principio de la película: “Me hace reír que toda esa pobre gente se
permita amar sin ser nadie, ni artistas, ni celebridades” y él se limita
a responder: “¿Has visto mi cartera?”. Por otro lado, Erland es el
hedonismo, la belleza, la espiral hacia la destrucción. Sólo tienen una
cosa en común: que ninguno de los dos ama; sólo practica un dialecto
distinto de egoísmo. En el caso de Gustav, porque Gertrud es poco más
que un mueble, el signo de que todo está en su sitio. En el caso de
Erland, porque en su alegre autodestrucción hay un desprecio absoluto
hacia los sentimientos de Gertrud, que le quiere entero. Gustav no
entiende la profunda naturaleza de la entrega de Getrud, y a Erland le
incomoda, porque corresponderla significaría perderse a si mismo. -
mas info>
No hay comentarios:
Publicar un comentario