
Estamos ante la película más personal de Omirbaev, lo cual significa
mucho teniendo en cuenta la gran carga autobiográfica que recorría las
anteriores. En Jol toma la estructura de un género ya habitual, la road
movie, para construir un complejo tejido de citas literarias y
referencias intertextuales a su propia obra, a menudo en tono irónico,
para finalmente reflexionar sobre la naturaleza de la imagen
cinematográfica (es apasionante el juego que establece con la triple
reconstrucción del asesinato de Killer), y en última instancia sobre la
ética del artista y su posición dentro del Kazajstán actual. El
protagonista es un director de cine inmerso al mismo tiempo a una crisis
profesional y en otra matrimonial, que ante el anuncio de la inminente
muerte de su madre, decide iniciar un viaje en solitario para visitarla.
Por el camino, mientras conduce, su mente se evade de la monotonía del
viaje. Aquí Omirbaev rompe continuamente con la narración, volviendo
hacia atrás o planteando fugas. Los recuerdos, los deseos y temores, y
los simples sueños se suceden hasta el punto de que la frontera entre lo
real y lo imaginario se difumina por completo sin que sepamos nunca en
qué momento ocurre, y sin que realmente tengamos la certeza de que es
reconstruida alguna vez. El universo onírico del director atrapa
definitivamente el celuloide. Ya desde el principio fija la esencia del
film: el padre y el hijo duermen la siesta y la madre escribe una carta
sobre un sueño. Por sus múltiples referencias es muy recomendable ver
Jol una vez que ya se conoce toda su obra anterior. Y como curiosidad,
está protagonizada por el tayiko Djamshed Usmonov, quien luego dirigiría
la notable Angel On The Right, ganadora del BAFF hace unos años. -
mas info>
No hay comentarios:
Publicar un comentario