En una ciudad provinciana, un profesor viudo lleva una vida modesta en compañía de su único hijo. Cuando en un viaje escolar, un alumno se ahoga en un lago, él asume la responsabilidad del accidente y dimite. Decide entonces abandonar la ciudad y trasladarse a su pueblo natal. Durante el viaje, padre e hijo discuten sobre el futuro y entre ellos se establece una relación al mismo tiempo cercana y distante. Un día el padre le anuncia que tiene la intención de mandarlo a estudiar a un internado. Años más tarde, el padre trabaja en Tokio y el hijo es maestro. En un encuentro el hijo le anuncia al padre que se va a la guerra. (FILMAFFINITY)
Críticas
Se abre el telón. Se ve, en un plano tomado a la altura de las rodillas, a un hombre viudo sentado en un tatami, bebiendo demasiado sake y preocupándose por la futura boda de su hijo/a. Se cierra el telón. ¿Cómo se llama el psiquiatra del director? Vale, es cierto; quizá no sea muy elegante reprocharle a Ozu que rodara innumerables versiones de la misma historia, vistos los magníficos resultados. Aquí se encuentran ya las características básicas del estilo pausado y ordenado del maestro japonés, considerado por algunos la quintaesencia del “clasicismo” cinematográfico: esos cuidados encuadres casi a ras de suelo, ese gusto por la ortogonalidad, esos tres planos “abstractos” al comienzo de cada secuencia, ese peculiar plano-contraplano a base de tomas frontales. Y se aprecia también cuán preciso, sutil y emotivo puede resultar su cine al contraponer los momentos extremos de la existencia humana -la infancia y la vejez- con el día a día de la reprimida sociedad japonesa y su alienante ética del trabajo. Más compleja y conmovedora que muchas de sus más conocidas variantes posteriores.
Daniel Andreas: FILMAFFINITY
http://www.filmaffinity.com/es/film281860.htmlUna pieza maestra de 1942, una obra de cámara para padre e hijo, discreta y sublime. Al estilo del viejo Ozu."
Antonio Weinrichter: Diario ABC